El padre cubano que se había quedado sin techo cantaba en las calles y había empezado a dar clases de salsa, hasta que la situación generada por la pandemia lo dejó sin ingresos. Finalmente, y gracias a la solidaridad de ciudadanos cubanos y peruanos, encontraron refugio.
Ahora, el padre y el niño viven en casa de una peruana que les brindó un espacio. En las imágenes se puede ver al pequeño rodeado de juguetes y ropas.
“Gracias a Dios y a todos los cubanos que con unión y de poco a poco se pudo sacar de las calles Dios bendiga a todos mis hermanos de Cuba y a muchos peruanos que de alguna forma formaron parte de esta ayuda bendiciones”, escribió el joven encargado de gestionar la ayuda.
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